Desde un punto de vista empresarial, es importante disponer de liquidez para poder realizar inversiones que permitan a las empresas crecer. Es por ello que, al igual que los particulares, las empresas pueden solicitar préstamos como nuevas fuentes de financiación. En este artículo nos centraremos particularmente en dos: los préstamos pignorados y los préstamos participativos.

PRÉSTAMOS PARTICIPATIVOS

Empezando por los préstamos participativos, se tratan de préstamos intermedios entre los fondos propios y los préstamos a largo plazo. Esto es porque los prestamistas, además de intereses, tienen derecho a participar en el reparto de beneficios de la empresa que se financia. Este tipo de financiación encaja muy bien con empresas de reciente creación. Esto se debe a que son préstamos más flexibles (en su plazo, amortización o importes) con respecto a otros.

Además de esto, el prestador y prestamista pueden acordar un interés variable. Este estará ligado al crecimiento de la empresa, llegando a ser cero los intereses asociados a este. Los requisitos para acceder a este tipo de préstamos son más accesibles ya que están vinculados a la viabilidad de la empresa así como a garantías hipotecarias o similares. Añadir a todo esto, que los intereses y comisiones que este préstamo pueda devengar son deducibles sobre la base imponible del Impuesto de Sociedades.

Los principales inconvenientes de este tipo de préstamos serían:

  • Al depender de resultados, no se sabe cuál es el coste del préstamo con exactitud.
  • En caso de obtener beneficios, la empresa deberá abonar intereses más altos en comparación con los de un préstamo normal, resultando aún más cara la financiación.
  • También hay que tener en cuenta, que en caso de no obtener beneficios y una vez llegado el vencimiento de dicho préstamo, el prestamista puede solicitar que el nominal de este se convierta en capital. Esto supondría que el prestamista entrase a formar parte del accionariado y por tanto tendría poder en las decisiones de la empresa. Esto podría no resultar positivo al no estar sus intereses alineados con los del resto.
  • Además, habría que tener en cuenta los informes de los estados financieros que habría que entregar al prestamista para garantizar que va a recuperar dicho préstamo.

PRÉSTAMOS PIGNORADOS

En el caso de préstamos pignorados son préstamos que nos permiten poner como aval o garantía nuestras inversiones o ahorros. Esto hace que podamos acceder a mejores condiciones. Por tanto, esto supone que deberemos disponer de un fondo de inversión, un depósito o algún otro tipo de producto de ahorro en el que tengamos un capital elevado para poder solicitar dicho préstamo. Este tipo de préstamos están pensados para clientes con buenos perfiles de ahorro en activos financieros. Permitiendo esto que dicho préstamo se solicite con condiciones muy ventajosas con respecto a otros.

Las principales desventajas que presenta son:

  • El límite máximo del importe que se concede es en función del importe pignorado.
  • Es necesario un producto de ahorro para pignorar dicho préstamo. Además, la cantidad pignorada queda inmovilizada hasta reembolsar el crédito.
  • Tanto el préstamo como el producto de ahorro deberán estar gestionados por la misma entidad. Por tanto, será esta quien los gestione.

OTRAS MANERAS DE CONSEGUIR FINANCIACIÓN: BORROX FINANCE

En BORROX tenemos más soluciones de liquidez para ayudar a las empresas a crecer con sus proyectos. Con nuestras gestiones 100% digitales olvídate del papeleo y consigue la liquidez que necesitas en menos de 48 horas. Solo tienes que traer tus créditos pendientes de cobro, como son facturas para anticipar o pagarés para descontar, y nosotros nos encargamos del resto. Si queréis ver los costes que ofrecemos, podéis realizar una simulación de financiación en nuestra web sin compromiso. Y si tenéis más dudas que queráis que resolvamos, podéis contactarnos al 914 216 922, dónde un gestor resolverá y analizará tus circunstancias.

Departamento de Marketing y Comunicación, Septiembre, 2022.