Dentro de los acuerdos de pago entre proveedores y clientes, el pronto pago es uno de los métodos más utilizados en las relaciones comerciales.
Según la Ley 3/2004, de 29 de diciembre, por la que se establecen medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales, el deudor tiene un plazo para pagar de 30 días naturales después de haberse prestado los servicios o entregado la mercancía, si no hubiera fijado fecha o plazo de pago en el contrato. Este plazo se puede ampliar, bajo acuerdo de las partes, hasta un máximo de 60 días.
Todas las empresas llevan un control exhaustivo de sus periodos medios de cobro y de pago. Es decir, examinan cuánto tiempo van a tardar en cobrar las ventas o en realizar sus pagos.
Lo ideal sería que el Periodo Medio de Cobro sea inferior al Periodo Medio de Pago (PMC < PMP). Todas las empresas quieren cobrar antes de tiempo para poder así hacer frente a sus pagos.
DESCUENTO POR PRONTO PAGO
El pronto pago consiste en la aplicación de un descuento en el precio de los productos o servicios, que el vendedor de un bien o servicio ofrece al comprador si este realiza el pago antes de la fecha de vencimiento de la factura.
Este método de pago supone un incentivo para el deudor y una inyección de liquidez en la tesorería del proveedor antes de lo previsto. De esta forma, la empresa acreedora está sacrificando una cantidad futura de dinero mayor a cambio de disponer de efectivo inmediatamente.
De entre las ventajas que tiene este método, destacamos la disminución del riesgo de impago por parte del cliente. Reduciendo así su ratio de endeudamiento, ya que, al cobrar antes, no tiene la necesidad de pedir prestado para hacer frente a sus pagos.
Normalmente, el descuento por pronto pago se negocia antes de realizar el proceso de compra/venta. De este modo, dicho descuento aparece aplicado en la factura. En el caso de que dicho descuento se aplique una vez emitida la factura, el proveedor tendrá que hacer una factura rectificativa en la que aparezca la cantidad a pagar tras el descuento.
El descuento se calcula sobre el importe bruto de la factura y forma parte de la base imponible sobre la que se determina el IVA. De esta forma, el cliente no sólo se beneficia de la reducción de la compra, sino también del IVA soportado.
Otra alternativa para ofrecer descuentos a tus proveedores es el RÁPEL. Al contrario que el pronto pago, este descuento se hace cuando el cliente alcanza un determinado volumen de compras.
ASIENTOS CONTABLES PARA EL PRONTO PAGO
La empresa que ofrece este descuento debe declarar la factura al completo como un ingreso, es decir, por el importe sin descuento. Si el cliente acepta el descuento por pronto pago, la empresa dotará en su contabilidad una pérdida que se reflejará como un gasto financiero.
Según el Real Decreto 1515/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad, los descuentos por pronto pago concedidos por los proveedores, estén o no incluidos en factura, se contabilizan minorando la partida de aprovisionamientos.
En el cuadro de cuentas, el descuento por pronto pago se encuentra dentro del Grupo 6 y 7:
Para descuentos por pronto pago no incluidos en factura que le concedan los proveedores a la empresa, su movimiento es el siguiente:
a) Se abonará por los descuentos y asimilados concedidos, con cargo, generalmente, a cuentas del subgrupo 40 (Proveedores).
b) Se cargará por el saldo al cierre del ejercicio, con abono a la cuenta 129 (Resultado del ejercicio).
Para descuentos por pronto pago no incluidos en factura que la empresa conceda a sus clientes, su movimiento es el siguiente:
a) Se cargará por los descuentos y asimilados concedidos, con abono, generalmente, a cuentas del subgrupo 43 (Clientes).
b) Se abonará por el saldo al cierre de ejercicio, con cargo a la cuenta 129 (Resultado del ejercicio).
Si como proveedor quieres acordar con tu cliente un descuento por pronto pago, pero este no tiene suficiente liquidez, BORROX es tu solución.
Departamento de Marketing y Comunicación, Julio, 2022.