Descubre si tu empresa es solvente y por qué es importante acreditarlo en este artículo.
Según la RAE, la solvencia se define como la carencia de deuda o la capacidad de satisfacer las deudas. No hay que confundir solvencia con liquidez que, aunque tienen que ver entre si, no son lo mismo; la solvencia es la capacidad de una organización para afrontar sus obligaciones independientemente del tiempo, ya sean a corto o largo plazo.
¿Cómo calcular la solvencia?
La solvencia es un parámetro clave a la hora de conocer el riesgo de crédito de las empresas y así conocer la capacidad de una sociedad para evitar entrar en un proceso de quiebra técnica o concurso de acreedores. Un rango óptimo del ratio de solvencia seria entre 1,5 y 2.
Hay dos tipos de solvencia:
- Técnica: la empresa se autofinancia, es decir, con su propia actividad es capaz de hacer frente a las deudas.
- Efectiva: cuando una entidad no es capaz de cumplir con sus fechas de pago, pasa por un proceso en el cual tendría que vender activos o conseguir financiación adicional.
Como mencionamos anteriormente, no hay que confundir solvencia con liquidez, ya que por liquidez entendemos la capacidad de hacer efectivos los distintos activos de la sociedad, por lo que la liquidez se basa únicamente en la capacidad de obtener recursos líquidos; sin embargo, la solvencia se puede lograr mediante recursos no líquidos, y esto es de suma importancia ya que una empresa con gran liquidez va a ser solvente, pero esto no tiene por qué ocurrir de manera contraria.
Por lo tanto, podemos decir que la solvencia va ligada a la vida de una empresa, debido a que, si ésta falla, puede producir, en caso de que no se solucione la situación, la liquidación de la sociedad. Sin embargo, puede darse el caso de que un negocio pueda llegar a ser insolvente, pero seguir siendo rentable. Por ejemplo, una empresa puede pedir financiación para ampliar su rango de operaciones, pero cabe la posibilidad de que no pueda pagar inmediatamente la deuda ligada a los activos existentes. En este caso, el prestamista presupone que los flujos de efectivo crecerán debido a la expansión del negocio y le permitirán a la compañía cumplir con las obligaciones de pago en el futuro.
Acreditar solvencia en una empresa
La solvencia es de suma importancia si se pretende trabajar con el sector público, dado que es obligatorio cubrir unas condiciones mínimas de ésta; para ello, pueden solicitarte lo siguiente desde el ente público:
- Volumen de negocios, es decir, tus ventas.
- Patrimonio neto de la sociedad.
- En caso de tratarse de empresas dedicadas a los servicios, es necesario tener un seguro de responsabilidad civil.
- Si presentas las cuentas anuales en formato ordinario, es decir, no eres una PYME, tu periodo de pago a proveedores no podrá ser superior al limite que aparezca por Orden del Ministro de Hacienda.
La solvencia, además, cuanto mayor sea, te facilitará el acceso a distintos tipos de financiación de mayor importe y con menor coste.